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De cómo con ingredientes básicos en la cocina podemos crear suculentos dulces.

martes, 4 de septiembre de 2012

Galletas de miel


 Llegó Septiembre, y con él la subida del iva, el final de las vacaciones, los exámenes temidos de recuperación.  Por eso quiero, dedicar esta entrada a todo el que se tiene que apretar el cinturón, a aquel que vuelve de vacaciones y llega aún más cansado y por supuestísimo a todo el que se enfrenta al temido examen que separa su vida sin sentido de la gloria. Suerte a todos, esos agobios acabarán pasando, os lo digo yo.



Y para aliviaros un poco el sufrimiento os traigo este bocado maravilloso. Es una verdadera pena que no os llegue el olor embriagador y hogareño que desprende el horno y la cocina cuando se están cociendo éstas galletas.  Ni tampoco podáis saborearlas, que es mejor todavía.  No son para nada empalagosas, ni tampoco hartan.  Si no me creéis, pues preguntad a mi progenitor, que nada más se enfrían, coge el plato por banda y lo deja limpito, una galleta va y otra viene, hasta que se come mas de una docena.  Y es cierto que están riquísimas.

La primera vez que haces galletas, no puedes pedir que te salgan perfectas, eso es cierto. Pero no porque te salgas más cocidas de la cuenta son incomibles.  Éstas galletas, aunque salgan algo tostadas se pueden comer. Yo la primera vez que las hice me salieron algo pasadas de horno.  Hasta la tercera vez no le cogí el puntillo que nos gusta en casa. Pero vamos, que no he tirado ninguna galleta, porque de sabor están espectaculares.  ¿El truco? Estar pendiente del punto de ebullición del almíbar y no separarse del horno cuando las galletas estén metidas, ya que son galletas que se cuecen en un voleo.

¿No tenéis corta pastas? Pues con un vaso mismo, no hay problema.  Yo compré 6 corta pastas por 60 céntimos de euro, mira que monos:


Con esta receta te salen muchas galletas, bien ordenaditas se llenan dos bandejas de horno.  Cuando se enfríen, la mejor manera de conservarlas es en una lata  metálica, la de los bombones, por ejemplo. Como hay que refrigerar la masa unas cuantas horas, podéis empezarlas ha hacer por la mañana para que por la tarde estén listas, o por la noche y consumirlas por la mañana.  Aguanta varios días, pero desaparecerán rápido, os lo aseguro.


Las galletas las vi en el blog de Pío receta, os animo a conocer su blog, tiene muchas cosas interesantes. Loa ingredientes no los he cambiado, pero el procedimiento lo he modificado para que sea más fácil, y ya veréis por qué.



Vamos al lío.

Ingredientes: 
  • 40 ml. de agua. 
  • 40 ml. de miel ( yo puse miel de caña, que es la que tenia en casa, pero se puede hacer con cualquiera, así varía el sabor de las galletas).
  • 125 gr. de azúcar blanca normal.
  • 75 gr. de mantequilla sin sal.
  • 300 gr. de harina normal.
  • 1 cucharadita de canela molida.
  • 1 y 1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico.
Elaboración:
  1. En un cacillo poner a calentar el azúcar, el agua y la miel hasta que rompa a hervir y retirar del fuego. Ya tenemos el almíbar hecho.  Yo mido los 40 ml. de miel de la siguiente forma:  Cojo dos vasos iguales, en uno peso 40 gr. de agua.  Cuando lo tengo pesado, pongo los dos vasos juntos y echo la miel en el vaso vacío hasta que llegue al enrase del vaso de agua. Echo la miel en el cacillo y luego paso el agua al vaso donde estaba la miel y procuro rebañar todo lo que quede pegado en el vaso.
  2. Agregar la mantequilla al cacillo retirado del fuego y remover hasta que se haya disuelto. Pasar la mezcla a un bol y dejar enfriar.
  3. Por otro lado, mezclamos en un recipiente la harina, la canela y el bicarbonato y reservamos.
  4. Una vez frío el almíbar con la mantequilla, vamos agregando harina de tercera parte en tercera parte, mezclando bien con ayuda de una cuchara.
  5. formar una bola, enharinarla, taparla con un papel film y a la nevera una hora, hasta que esté mas dura y se pueda manejar mejor.*
  6. Con la encimera de la cocina limpia y enharinada vamos a coger el rodillo y a hacer láminas de 3 a 5 mm. de grosor.  Si no tenemos rodillo, podemos usar una botella de vino. *
  7. Con los cortadores, ir haciendo las galletas y colocándolas en una bandeja. Guardarlas en la nevera al menos 5 horas.  Pueden aguantar toda la noche o un día entero.*
  8. Precalentar el horno a 180 ºC.  Sacar las galletas de la nevera, Colocarlas en la bandeja del horno con papel vegetal debajo, para que no se peguen.
  9. Meterlas en el horno.  Las mías están en 5 minutos, pero cada horno es un mundo, así que hay que estar atentos.  Cuando le falte un poquito para que estén, sacarlas, porque desde que  se sacan del horno hasta que se enfrían, la galleta sigue cociéndose un poco más
  10. Dejar enfriar en una rejilla.
  11. A comer, y las que no a la caja metálica.


 Estas fotos son antes de meter en el horno.

*La receta original es dejando la masa toda la noche en la nevera y luego dar con el rodillo y cortar para después meterlas en el horno.  Yo no lo hago así porque se pone muy dura la masa y cuesta aplastarla.  Pero si algun@ de vosotr@s quiere ahorrarse el gimnasio...

Eso es todo, a disfrutarlas!
Hasta pronto!

1 comentario:

  1. Me alegro de que por fin te hayas decidido a crear un blog y de que hayas usado una receta .Me gusta que se adapten las recetas al gusto de cada uno tanto la preparación ,como en este caso,y los ingredientes porque amplían mucho las posibilidades de cada uno.
    Te ánimo a que sigas con este estupendo blog y si necesitas cualquier cosa no dudes en decírmelo que los blogger a estamos para apoyarnos!
    Besicos.

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